martes, 24 de julio de 2007

Musicoterapia

La musicoterapia en chicos con SíndromesL
a música es algo realmente importante en la vida de los niños excepcionales y de esta premisa parte la musicoterapia, una ciencia y un arte que consigue auténticos logros con los niños y jóvenes con síndrome de down.

Colpisa. Pilar G. Cañas (24/11/2002).- El canto, el baile y los instrumentos logran que estas personas discapacitadas se expresen, se coordinen, se relacionen y estimulen sus sentidos. En España son pocos los profesionales que saben aplicar esta terapia multidisciplinar pero sus ventajas son muy conocidas en Argentina, donde nació, y viene avalada por su desarrollo en Estados Unidos.
La Confederación Autismo España, la Confederación de Asociaciones de Parálisis Cerebral y la Federación de Asociaciones de Síndrome de Down en España, financiadas por la Fundación "Inocente, Inocente", han concluido con dos cursos celebrados en Cuenca y Sevilla, el objetivo marcado para este año de extender la musicoterapia entre profesionales y voluntarios de todo el país que trabajan con estos colectivos de discapacitados, para que apliquen esta disciplina en sus clases diarias con niños y jóvenes.
Para el coordinador del programa, Agustín Matía, con la musicoterapia se consiguen "grandes mejoras" en los niños con síndrome de down, con parálisis cerebral y también con autistas y son las "sesiones con estos últimos las más espectaculares porque son personas muy introvertidas, muy implicadas en su interior y logran hacer sus primeros gestos, los primeros ritmos con la aproximación al piano y se consiguen cambios de conductas y que se abran al exterior".
La mayoría de los niños con estas discapacidades intelectuales responden positivamente al estímulo musical y esta combinación de disciplinas, en las que se mezcla la Música , la Psicoterapia , la Psiquiatría , la Educación Especial y otras muchas más ciencias, se utiliza como forma de enseñanza del lenguaje y promoción de la expresión individual, en el caso del autismo.
Cuando se trata de una persona con down la musicoterapia complementa otros métodos de estimulación dirigidos a que el niño coordine sus movimientos, refuerce el tono muscular y desarrolle sus relaciones sociales. En el caso de los niños con parálisis cerebral los trabajos van encaminados a estimular los sentidos, principalmente el oído y el tacto, a generarles conciencia de grupo y a mejorar su capacidad de comunicación.
Huir del silencio
Para la musicoterapia se utiliza cualquier tipo de música porque lo importante es el "resultado y no el medio", aunque se opta por la clásica pero con ritmos y armonías sencillos que sean fáciles de asimilar por los niños. En una clase cualquiera de este tipo de terapia no puede faltar el piano, algunas partituras, notas y grafismos pintados en las paredes con colores llamativos y algunos instrumentos de percusión como panderos o cascabeles.
Los niños asistidos por varios profesores o monitores articulan sus primeros gestos de baile, pueden incluso llegar a organizar un coro, componer música, dar palmadas o cantar. Cada una de estas actividades tiene una función y generan incluso unos sentimientos que les ayuda a reforzar su autoestima porque tocar un instrumento "estimula la liberación de emociones y le da al niño un sentimiento de logro". El canto supone una "vía a la comunicación verbal y una experiencia estética y catártica" y el baile además de cumplir una función básica de coordinación de movimientos contribuye a desarrollar la creatividad e incluso a potenciar las relaciones sociales.
Lo deseable es que esta disciplina empiece a aplicarse en la niñez y que continúe en la juventud. Esto en si no es un problema porque cada vez son más los padres que apuestan por la estimulación precoz como el camino para conseguir que sus hijos dejen de ser niños toda la vida y alcancen su etapa de madurez como cualquier otra persona. Para ello, tienen que modificar el concepto de tiempo porque las metas se consiguen a largo plazo y muy despacio.
Aunque sin duda alguna el auténtico protagonista es el niño discapacitado comienza a muy temprana edad, con meses de vida, a apostar por su futuro, a trabajar para conseguir andar, a esforzarse para que los brazos le respondan y a insistir hasta que aprende a vestirse solo y siempre con métodos de trabajo que se disfrazan de juegos.
La musicoterapia se presenta atractiva para los niños y no exige que éstos aprendan a bailar o a tocar un instrumento de forma adecuada sino que se emplea como vía que facilita la expresión, la integración, la coordinación y rompe "el cerco de comunicación" que a veces existe entre las personas que tienen una discapacidad psíquica o intelectual y el resto de la sociedad.