jueves, 11 de diciembre de 2008

TODOS A BORDO

Cuando la discapacidad es el pasaje para navegar por el Río de la Plata

Un programa que busca integrar a personas con todo tipo de dificultades físicas o mentales.

TODOS A BORDO.

PRESENTANDO EL CERTIFICADO DE DISCAPACIDAD SE ACCEDE AL CURSO, QUE DURA 10 CLASES. Un antes y un después. De libertad, de sueños, de quitarse los miedos, del apoyo humano. De esos cambios hablan. Porque los problemas con los que dicen que llegaron, pasaron a segundo plano. Sus prioridades ahora son otras. Un programa de navegación les permite luchar por sus objetivos, reconocer que son capaces de hacerlo y aprender que las diferencias se pueden superar, que pueden sentirse iguales al resto, que pueden integrarse social y laboralmente. Se trata del programa "Naveguemos juntos", del que participan unas 100 personas discapacitadas de entre 18 y 69 años. Viajan desde Capital Federal y varias zonas del Gran Buenos Aires a Olivos especialmente para "descubrir que si no tienen capacidad o la habilidad para una cosa, pueden tenerla para otra". Todos los jueves y sábados por la tarde salen de la boca del Centro Naval de Olivos y pasean por el río durante tres horas en dos barcos H19 (veleros de pequeño porte) donados y restaurados. Viajan seis personas por barco con Pablo Sánchez y Matías Pailot, los dos instructores. Los grupos rotan para que todos puedan integrarse y conocerse. La idea surgió en 2006. Es un curso gratuito y abierto a todos: hay personas no videntes, sordas, con problemas motrices, transplantados, con dificultades mentales o problemas psiquiátricos. El único requisito es presentar el certificado de discapacidad. Son 10 clases semanales para quienes comienzan, y para los "expertos" son esporádicas.

El propósito es promover la navegación a vela como actividad educativa, terapéutica y recreativa para personas discapacitadas. "Hoy no hay una actividad o un deporte para las personas discapacitadas mayores de 18 años. Gracias a la navegación, están más abiertos a los desafíos", dice María Inés Flores, la capitán de fragata ingeniera y coordinadora del programa. Y explica que desalientan la competencia y que sus objetivos: son mejorar la aptitud física y psíquica, fomentar el trabajo en equipo y disfrutar del contacto con la náutica para afianzar la personalidad y contribuir a la socialización, la integración y la equidad. El programa también funciona en Mar del Plata -"Al mar sin barreras"- y en Santa Fe -"Todos a bordo"- que cuenta con un seguimiento terapéutico. Y en España -"Velas para todos sin excusas"- y Francia -"Velas sin fronteras"- la idea también prendió. "No hay una técnica única. Al principio la falta de experiencia hacía que los cuidemos demasiado.

Después fuimos aprendiendo varias cosas. Hay que dejarlos. Cada uno va a pedir diferente ayuda", cuenta Flores. Claudia Álvarez (54), de Flores, arrancó con el curso el año pasado. Tiene polio. Decía que los bastones eran una prolongación de ella. Pero en el barco se olvida que existen. "Se me van todos los miedos. Aprendí a moverme adentro del barco. Además se genera una camaradería. Conocí gente muy especial", asegura. Claudia nunca antes se había subido a un barco. Susana Halperín (53), de Caballito, tampoco: "Gané estabilidad". Y sigue: "Navegando no hay exigencias. Cada uno hace lo que quiere, logra lo que quiere. Se viven cosas intensas". De eso también habla Luz Castillo Aguilar (47), transplantada y vecina de Palermo: "En el barco los problemas quedan en tierra pero el grupo trasciende, continúa fuera". Es que chatean, se mandan e-mails, se apoyan, organizan asados, reuniones y viajes al interior. En 2006 fueron a navegar a Salta y, en 2007, a Mar del Plata. Y el próximo 16 de diciembre tienen la fiesta de fin de año en la fragata Sarmiento: les entregan un diploma. Carlos Cambón (34) sufrió un accidente de snowboard en 2007. Camina con un andador y tiene dificultades para hablar. En julio de este año empezó a navegar y ahora es su tema preferido. "Es que te conecta con la naturaleza y con uno mismo -enfatiza María Claudia Endrizzi, de Villa Pueyrredón-, lo importante es vencer os problemas y darse cuenta de que eran ideas que uno mismo se crea en la cabeza".

Entre risas todos aseguran que sólo hay que tener la convicción de que vale la pena y no cerrar los sentidos.Por: Guillermina De DominiFuente: Clarin